jueves, 2 de octubre de 2008

No se olvida

José Juan Cantúa

Aquellos que se ausentan
fuera del circulo tembloroso que ilumina la vela
aquellos que duermen siempre y sueñan nunca
aquellos que cantan y su voz es la piel de los labios
aquellos que se sumergen
en la corriente tibia de los ríos
y nunca mas salen
aquellos que domestican serpientes
susurrandoles un secreto al oído
aquellos que nunca reciben cartas, pero escriben una,
infinita, sin destinatario
aquellos que alimentan dogmas
con recortes de diarios viejos
aquellos que son personajes prófugos
de una novela inconclusa, sentados para siempre
entre la oscuridad de las cafeterías
aquellos que coleccionan minucias
tales como abrelatas, radiografias, pajaros disecados
aquellos que se adormecen recordando la mirada fija
de su padre muerto
aquellos que padecen hambre, pero nunca comen
ya sea por olvido, por descuido
o por simple falta de información técnica
aquellos que se despiden siempre por ultima vez
aquellos que afilan con instrumentos inverosímiles
los picos de las palomas
aquellos que nunca se miran al espejo
por razones de ideología
(o por alguna otra virtud viciosa)
aquellos que rasguñan las paredes solemnemente
interpretando lejanas partituras
aquellos que esparcen polen en su frente
para que germine allí un tercer ojo
aquellos que charlan con su sombra, animadamente,
sin interrupción
aquellos que renuncian a todo cada tercer día,
sin prejuicios, por cualquier motivo
aquellos que nunca conocieron el mar y se suicidaron
clavandose un puñal en la branquias
aquellos que por cuestiones de seguridad
nunca creen lo que dicen sus propias bocas
aquellos que se desarrollaron clandestinamente,
en todos los sentidos
y tomaron el poder absoluto, clandestinamente
(nadie advirtió la diferencia)
aquellos, en fin, que ignoraron sus propias alas,
ángeles rebeldes o ciegos
      erosionan el reino de los cielos
            desamparando a los pobres
mortales
                   que somos.

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