martes, 1 de septiembre de 2009

Ir al teatro ... (o me gustaría que mas personas disfrutaran de esto)

evafutura


Para librarse de lo cotidiano, de los hábitos, de la pereza mental que nos arrebata el asombro por el mundo, es preciso recibir como un verdadero porrazo.
Eugene Ionesco



A menudo, la mayoría de la gente que uno encuentra en las salas de teatro es gente de teatro. Es decir, aun cuando a todos preferirían estar en el escenario o tras bambalinas, son ellos mismos la mayor parte del publico. Esta nota la escribo para los otros, llamemonos el h. publico, cualquiera que sea la razón por la que nos convertimos en eso. En el tiempo que tengo viviendo en esta ciudad le he llegado a tener un gusto muy especial al teatro, y mas allá de su contenido artístico, su magia creativa y su poesía, lo disfruto por la sorpresa y expectativa de lo inesperado.

El artista utiliza sus recursos como medio para la expresión de emociones, y por esa razón, la experiencia de ir al teatro sera placentera en la medida que podamos liberar de cualquier prejuicio nuestros sentidos y nuestra razón. Como publico no tenemos ningún compromiso con el arte y al sentarnos frente al escenario ninguna responsabilidad recae en nuestros hombros, no debemos preocuparnos por interpretar nada, nuestra única obligación es estar dispuestos a disfrutar algo que no conocemos, algo nuevo. Creo que el error mas común que cometemos y que nos lleva a no disfrutar una obra es el tomar el papel de un crítico de teatro. Nadie nos va a cuestionar nuestras habilidades para juzgar una obra, somos el h. publico, así que tampoco debemos preocuparnos en el transcurso de la obra por como juzgar a un actor, una escenografía, iluminación, sonido, etc., no importa el genero de lo que estamos por ver, creo que la mejor forma de prepararnos es no pensar en nada, acaso el esbozo que a la imaginación induce el titulo de lo que vamos a presenciar.

Estamos ahí para ver y oír, sentir, pero no de la forma que vemos una pintura o escuchamos alguna melodía, sino para entregarnos a la contemplación de una presencia viva, una evolución de recursos en la que el actor renuncia a si mismo, se despoja de si para hacer vivir delante de nosotros a sus personajes, en una aventura prodigiosa lleva su entorno real fuera del alcance de nuestra conciencia, se apodera de nuestra imaginación, en un absurdo al que debemos entregarnos desaparecerán ante nuestros ojos. En el clímax de esta experiencia, cuando la atmósfera de la obra nos envuelva, podremos ver rostros de seres inverosímiles, participaremos de sus emociones en alguna manera y ante esa otra realidad, no veremos lo que verdaderamente esta ante nuestros ojos, una persona cuyo nombre esta apuntado en un tríptico que esta en nuestras manos. Quizás al final, cuando el ver los rostro de nuestros acompañantes nos haga salir del asombro de haber sentido una experiencia ajena, podremos encontrar una razón para saber el porque nos gusto, o que pudo habernos gustado aun mas.

Hay gente haciendo un trabajo creativo increíble en los rincones teatrales por toda la ciudad, mes a mes la cartelera es basta. Son muchas personas las que se tendrían que poner de acuerdo para que una obra saliera mala, y aunque a veces lo logran, siempre habrá en ellas algo que disfrutar.

Así como en en el cine se puede hablar de un "cine de arte", también en teatro se puede hablar de un "teatro de no-arte", no lo digo con intención de restarle merito, ya que cumple un papel tan importante en la difusión del teatro, como para las letras lo hace la literatura popular (e.g. el código da vinci, harry potter -sorry friends- , etc., conste que soy fan de M.L. Estefania), nos entretiene, nos acerca al arte. Pero un actor acostumbrado a actuar frente a una cámara de televisión, que recibe la admiración ordinaria de las masas, necesitaría un ejercicio extraordinario de humildad para desaparecer y darle lugar a la fantasía ante un publico de carne y hueso. Quizá nos deje contentos el haber visto a un actor famoso, si nos hizo reír, mejor, y tal ves disfrutemos un poco ver la representación de una historia. Pero nos estaremos privando de una experiencia irreemplazable si no arriesgamos un poco y nos atrevemos a entrar a esas obscuras salas que a menudo se encuentran casi vacías, en las que la obra se convierte en una convivencia intima entre creadores y publico.

Asistir al teatro significa mucho mas que ir a sentarse en una silla frente a un escenario a presenciar un espectáculo, y es delicioso ir al teatro y ver como se rompe asombrosamente con ese esquema.

Hay quir!

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